PARASHAT "NITZAVIM-VAIELEJ"

NITZAVIM-VAIELEJ

Devarim – Deuteronomio 29:9 - 31:30

Por la Rabina Daniela Szuster,
Congregación B´nei Israel, Costa Rica

Todos podemos ser partícipes del pacto divino

Comienza la parashá diciendo:

Vosotros estáis erguidos hoy, todos vosotros: ante Adonai vuestro D”s, vuestros jefes, los de vuestras tribus, vuestros ancianos y vuestros alguaciles, toda persona de Israel. Vuestros infantes, vuestras mujeres, y tu forastero, que está en medio de tu campamento, desde el que recoge tu leña hasta tu aguador. Para tu pasar por el pacto de Adonai tu D”s, y en su imprecación; que Adonai tu D”s, concerta contigo el día de hoy. (Devarim 29: 9-11)
Llama la atención que en estos versículos dice, por un lado, que está todo el pueblo de pie frente a D”s, y a continuación nombra a diferentes integrantes del pueblo. ¿Cuál es la necesidad de nombrar a las diferentes jerarquías?, ¿acaso no es suficiente con decir que Moisés se dirigía a todo el pueblo?

Quizás la intención de detallar a cada uno de los integrantes del pueblo sea para evitar que quienes suelen detentar el poder y ocupar lugares de mayor jerarquía dentro de la sociedad, sean quienes se adueñen del pacto con D”s y de la sabiduría de la Torá, impidiendo que otros tengan la oportunidad de acceder a ellos. Al hacer la aclaración, nos recuerda que todos estuvieron presentes en aquel momento del pacto y que cada integrante del pueblo puede ser partícipe de dicho legado.

Éste no es un versículo aislado, sino que podemos encontrar otros que expresan la misma idea. Por ejemplo, en la parashá de la semana que viene leeremos:

Congrega al pueblo: los hombres y las mujeres y los infantes, y tu forastero, el que está en tus ciudades, para que hayan de escuchar y para que hayan de aprender, y habrán de venerar a Adonai vuestro D”s, y cuidarán para cumplir, todas las palabras de la Torá esta. (Devarim 31:12)
Se nos cuenta acerca de la época de Ioshua:

No hubo palabra alguna de todo cuanto mandó Moshé, que Ioshua no hiciese leer delante de toda la congregación de Israel, y de las mujeres, de los niños y de los extranjeros que moraban entre ellos. (Josué 8: 35)
Estas tres fuentes son muy claras: cada uno de los miembros del pueblo, más allá del status social impuesto por la sociedad desde su nacimiento, tenía derecho a ser parte del pacto, de cumplir los mandamientos y escuchar la lectura de la ley. No se habla de separación entre ricos y pobres, mujeres y hombres, adultos y ancianos. A pesar de las diferencias y jerarquías impuestas, todos están en el mismo nivel frente a D”s; no se manifiesta segregación, opresión ni discriminación.

La sociedad occidental, desde sus orígenes, se estructura a partir de jerarquías y diferencias sociales, siendo unos grupos los amos y otros los esclavos, unos los que detentan el poder y otros los que se deben someter a este. Unos los que pueden acceder al conocimiento y otros a los que se les prohíbe acceder. Gran parte de la historia de la humanidad es la lucha por ser amo y dejar de ser esclavo. El gran paradigma es que unos son la norma y los que no encajan, están por fuera de esta. Así tenemos cientos de grupos minoritarios marginados por no coincidir con la supuesta norma. Siendo tan diferentes los seres humanos, ¡cómo podemos entrar todos dentro de una misma vara! Los triunfadores son quienes no sólo tienen el poder sino el saber y el privilegio de transmitirlo a sus iguales. Esta es la realidad durante cientos de años hasta el día de hoy. Ha habido cambios en las últimas décadas, pero no los suficientes para vivir en una sociedad igualitaria y justa. Nuestra tradición no ha sido una excepción, pero podemos encontrar un mensaje escondido que nos dice que D”s se acerca a todos por igual; para todos está abierto el pacto, sin negar que somos diferentes.

Volviendo a los primeros versículos de nuestra parashá, hay un Midrash que se pregunta cuándo será el momento en que todo el pueblo estará realmente erguido ante D”s y contesta diciendo que será en el momento en que estén unidos como un atado de paja. Cuando alguien toma un atado de paja, es muy difícil que pueda quebrarlo. Sin embargo, cuando toma paja por paja, hasta un bebé puede partirlo. De esto se deduce que el pueblo de Israel sólo será redimido cuando estemos tan unidos como un atado de paja. (Ilkut Shimoni). Podemos agregar, cuando haya igualdad, respeto y justicia entre todos los seres humanos. Cuando jóvenes y ancianos, hombres y mujeres, ricos y pobres, a pesar de las diferencias, estén unidos frente a D”s.

Todos, absolutamente todos tienen la posibilidad de ser partícipes del pacto. En cada uno de nosotros recae la posibilidad de pactar y de mantenerlo erguido. Lo que importa no es la edad, el sexo o el estatus social sino manifestar voluntad, coraje y fe. Depende de nosotros ponernos de pie frente a D”s en cada momento de nuestra vida.

Dentro de muy pocos días comenzaremos a vivenciar los Iamim Noraim. Quizás sea el momento propicio para preguntarnos a nosotros mismos qué tipo de pacto practicamos cotidianamente y a cuál realmente queremos adherirnos en este nuevo año entrante. Qué pactos habíamos planificado y no realizamos. Qué prometimos y no cumplimos y qué nos proponemos hoy. Qué pacto deseamos enseñarle a nuestros hijos y cuál le estamos enseñando efectivamente.

Quiera D”s que en estos Iamim Noraim podamos renovar nuestro pacto, podamos comprometernos y unirnos. Podamos lograr que todos los integrantes de la sociedad sean respetados y puedan vivir dignamente.

Shabat shalom!

Rabina Daniela Szuster

Este comentario de la Parashá es realizado por la Unión Judía de Congregaciones de Latinoamérica y el Caribe y puede ser reproducido citando su origen.
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Reflexiones sobre la parasha

 

HE AQUI, SE ACERCAN LOS DIAS EN QUE HAS DE MORIR

Por Nejama Leibowitz

 

Esta exigua parashá - Vayélej - que no es sino la conclusión de las palabras de Moshé expresadas en la parasháNitzavim, como también la conclusión general de las palabras de Moshé expresadas en el Libro Devarim, asombray extraña con su verso prologal:

Fue pues Moshé y habló estas palabras a todo Israel.

31, 1

Exponiendo sus objeciones Abravanel:

Si antes leemos (ibid. 29, 1): "Llamó pues Moshé a todo Israel, y les dijo: ‘Vosotros habéis visto todo lo que hizo el Señor delante de vuestros ojos en la tierra de Egipto, al Faraón, y a todos sus siervos . . .’ “, continuando luego con la parashá Nitzavim: "Estáis hoy todos vosotros en presencia del Señor", agregando todas las palabras del pacto; estaban pues todos frente a él en esa asamblea, ¿cómo es entonces que afirma aquí, que Moshé fue a dirigirles la palabra? Puesto que estaban todos reunidos juntos para escuchar el pacto, debería hablarles allí, y no había ninguna necesidad de dirigirse a cada tribu por separada para hablarles.

Resolviendo estas dificultades Rambán:

Cuando finalizó sus palabras, se fueron todos los reunidos, incluso los niños y las mujeres, cada uno a su respectiva tienda. Entonces Moshé se retiró del campamento de los levitas para dirigirse al campamento de los israelitas a fin de honrarlos, cual persona que quiere despedirse de su compañero y va a solicitar la respectiva licencia.

Con mayor amplitud explicó estos conceptos R. Shimshon Rafael Hirsch:

Con el texto de las bendiciones y maldiciones, y con el versículo que les sigue, se acabó todo lo que Moshé debía advertir al pueblo en nombre del Señor. Esto - según su parecer - era la conclusión de su misión. De allí en adelante había de concentrar su íntegra atención a todo lo relativo al momento de su defunción y a sus consecuencias correlativas. Consistiendo en: su despedida (vers. 1-6) ; presentación de su sucesor, agregando palabras alentadoras dirigidas al pueblo, (vers. 7-8); y finalmente, entrega del texto de la Torá a los kohanim y a los ancianos, ordenándoles su lectura en Asambleas convocadas en la fiesta de los tabernáculos de cada año septenal (shemitá, vers. 9-13). Es de señalar que Moshé no llamó al pueblo a su presencia, no los congregó en una asamblea como acostumbraba hacer comúnmente cuando debía comunicarse con ellos en nombre del Señor, sino que "fue", se dirigió él mismo al encuentro del pueblo para despedirse de ellos con la sencillez absoluta, tan propia del carácter de quien el verso atestigua (Bamidbar 12, 3): "Y aquél varón Moshé era muy modesto, más que todos los hombres que había sobre la faz de la tierra".

Sobre toda esta parashá se cierne algo de la tristeza propia de la despedida. De quien leemos (Devarim 34, 7): "Su vista no fue ofuscada, ni se había debilitado su vigor"; quien se elevó a las alturas viviendo como un ángel;quien la tez de su rostro despedía rayos de luz; y de quien fue afirmado "boca a boca hablo (Yo) con él" – confiesa ante su congregación (ibid. 31, 2): "Soy de edad de ciento veinte años este día; no podré ya salir ni entrar más . . .". Si bien hay quienes interpretan el "no podré" en el sentido de "no deber", como encontramos muchas veces en el Libro Devarim (v.g. "no podrás poner sobre ti a hombre de tierra extraña" ibid. 17, 15), es decir: no estoy autorizado. Sin embargo, la mayoría de los exegetas lo interpretan en su sentido sencillo: "no podré ya salir ni entrar más", ya sea según la opinión de R. Abraham Ibn-Ezra - "a la guerra" - o más bien según Rashí. "pues le fue obstruida la fuente de su sabiduría". Rambán por su parte considera que Moshé destaca en este momento su debilidad frente al pueblo, a fin de consolarlo: "Es decir, ya estoy viejo, y ya no podrán obtener más provecho de mí."

Esta tristeza propia de la llegada del fin de todo hombre se mece por sobre toda la parashá, y es recalcada más aún por las distintas expresiones del Midrash que coronan a los últimos versos de despedida, y a las palabras del Señor a Moshé: "He aquí, se acercan los días en que has de morir".

Devarim Rabá 9, 2:

Lo que leemos (Kohelet 9, 11): "Volvíme y observé que debajo del sol (la victoria en) la carrera no es de los ligeros, ni (la victoria en) la batalla de los fuertes; ni tampoco de los Sabios el pan, ni de los entendidos la riqueza, ni de los inteligentes la gracia; sino que el tiempo y la casualidad les tocan a todos ellos". Dijo Rabí Tanjuma: Este verso nos habla de Moshé. ¿De qué manera (se explica)? "(La victoria en) la carrera no es de los ligeros" - Ayer no más, se elevaba hacia el cielo cual águila; ahora ruega que le permitan atravesar el Yardén, y no lo consigue, como leemos (Devarim 31, 2): "Tu no pasarás este Yarden".

"Ni (la victoria en) la batalla de los fuertes" - Ayer no más, los ángeles temblaban frente a él, más ahora afirma (ibid. 9, 19) "porque yo temía con motivo de la ira y de la ardiente indignación".

"Ni tampoco de los Sabios el pan (la Torá)" - Ayer, (Mishlé 21, 22): "Un Sabio escala la ciudad de valientes, y hace descender la fortaleza que fue la confianza de ella (del cielo)." (Es decir: el Sabio - Moshé - escaló la ciudad – al cielo - e hizo descender la fortaleza - la Torá - para entregarla a nosotros). Pero ahora le fue retirada (la Torá) y entregada a Yehoshúa.

"Ni de los entendidos la riqueza" - Ayer hablaba como un opulento (Shemot 32, 12) : "¡Vuélvete del ardor de Tu ira!", (Bamidbar 14, 19): "Ruégote perdones la iniquidad de este pueblo". Pero ahora implora como un menesteroso: "Y yo supliqué": concédemelo, aun sin merecerlo, gratuitamente.

"Ni de los inteligentes la gracia - Ayer, sabía como conseguir la reconciliación con el Señor (Bamidbar 10, 35-36): "! Levántate, oh Señor...!" . . . "¡Vuélvete, oh Señor. . . !" Pero ahora, después de suplicar durante siete días, le dijo finalmente el Señor (Devarim 31, 34) : "He aquí, se acercan los días en que has de morir".

Y sobre el mismo tema, el fin del hombre en Devarim Rabá 9, 4:

Dijo Moshé: ¡Dueño del mundo!¿¡Después de todo el honor y la grandeza que vieron mis ojos, yo muero?!

!Moshé! - le replicó el Señor (Tehilim 89, 49): ¿¡Cuál es el hombre que vivirá y no verá la muerte?!

¿Cuál es el hombre? - refiriéndose a Abraham, que se introdujo en la calera salvándose de una muerte segura, sin embargo leemos luego (Bereshit 25, 8): "Y expiró Abraham y murió...". ¿Cuál es el hombre? - refiriéndose a Yitzjak, que extendió su garganta sobre el altar, pero leemos luego (ibid. 27, 2) : “He aquí, he envejecido, (y) no se el día de mi muerte".

¿Cuál es el hombre? - refiriéndose a Yaacov, que luchó con el ángel y prevaleció, mas luego leemos (ibid 47, 29): "Se acercaron entonces los días en que Israel había de morir".

¿Cuál es el hombre? - como Moshé, que habló con su Creador cara a cara, y luego (Devarim 31, 34): "He aquí, se acercan los días en que has de morir".

En forma excepcional se destaca el sentimiento de Moshé, patriarca de los profetas, quien veía las profecías con brillante claridad mientras que los demás profetas las veían sólo con claridad careciente de esplendor, ese sentimiento del instante en que le fue obstruida la fuente de su sabiduría.

Préstese atención: en todo lugar donde leemos que Moshé fue ordenado designar a Yehoshúa como sucesor se le dijo:

Toma contigo a Yehoshúa, hijo de Nun, hombre en quien está el espíritu, y pon tu mano sobre él, Bamidbar, 27, 18 y luego de haberle presentado delante de Elazar, el sacerdote, y delante de toda la congregación, le darás el cargo delante de ellos. 27, 19 Manda empero a Yehoshúa, y fortalécele, y anímale; porque él ha de pasar al frente de este pueblo ... Devarim 3, 28

Sólo en nuestro capítulo leemos:

He aquí se acercan los días en que has de morir; llama a Yehoshúa, y presentaos en la tienda de reunión, para que Yo le imponga Mis cargos.31,14 Considerando la diferencia existente en las palabras divinas, expresadas en primera persona - "para que Yo le imponga Mis cargos" - que según ellas aparece Moshé como sobrando, hasta el punto de serle cancelada la misión de delegar sus funciones en manos de Yehoshúa, se expresa el Midrash de la siguiente manera:

Devarim Rabá 9, 5:

Dijo Moshé: ¡Dueño del mundo, que Yehoshúa tome el poder, y déjame vivo!

Le replicó el Señor: - Condúcete como él, como él lo hace contigo.

(Es decir, conviértete en su discípulo).

De inmediato Moshé se dirigió a la tienda de Yehoshúa. Este se atemorizó. Y Moshé le dijo a Yehoshúa: Maestro, ven conmigo. Salieron, yendo Moshé a su izquierda y entraron a la tienda de reunión. Descendió la columna de humo y los separó. Cuando se retiró la columna de humo, se dirigió Moshé a Yehoshúa preguntándole: ¿Qué te dijo el Señor?

Respondióle Yehoshúa: - Y cuando el Señor se te revelaba a ti, ¿yo tenía conocimiento de lo que te decía?

En ese momento exclamó Moshé: ¡Prefiero cien veces la muerte a un instante de celos! Entonces aceptó la muerte.

Y con algunas variantes en Tanjuma, sección Vaetjanán 6:

Le dijo (el Señor): Esto es lo habitual en este mundo: cada generación con sus predicadores; cada generación con sus gobernantes; cada generación con sus dirigentes. Hasta ahora era tuya la misión de servirMe, pero en adelante le toca a Yehoshúa esa misión.

Le dijo entonces: - Mi Señor, si es por Yehoshúa que debo morir, me convertiré en su discípulo.

Respondióle: - Si tú lo prefieres así, ve y hazlo. Se levantó Moshé y se dirigió a la tienda de Yehoshúa. Este se encontraba predicando y enseñando. Moshé se inclinó, y puso sus manos sobre sus labios. Se le cerraron los ojos a Yehoshúa y no se percató de su presencia, a fin de que sufra y acepte finalmente la muerte. Los israelitas se dirigieron a Moshé para escuchar sus lecciones de Torá, (al no encontrarlo) preguntaron: ¿Donde está nuestro maestro Moshé? Les respondieron: Se dirigió a la tienda de Yehoshúa.

Fueron hacia allí y lo encontraron. Yehoshúa estaba sentado mientras que Moshé se encontraba de pie. Le dijeron entonces: - Yehoshúa, ¿cómo se te ocurre? ¿Moshé tu maestro de pie, y tú sentado?

Cuando alzó los ojos y lo vio, rasgó sus vestimentas, gritó, lloró y exclamó: ¡Maestro mío! ¡Maestro mío! ¡Maestro mío! ¡Mi padre y mi señor!

Dijeron entonces los israelitas: - ¡Moshé, maestro nuestro, enséñanos Torá!

¡No estoy autorizado! - respondióles.

¡No te abandonaremos, (hasta que aceptes enseñarnos)! - insistieron.

Se escuchó la voz de la revelación, que dijo: ¡Tomad las lecciones de Yehoshúa!

Yehoshúa se sentó a la cabecera, Moshé a su derecha, y los hijos de Aharón a su izquierda. Predicaba Yehoshúa en presencia de Moshé ... Y le fue quitada la sabiduría tradicional a Moshé entregada a Yehoshúa, de suerte que Moshé no entendía lo que Yehoshúa enseñaba. Después que los israelitas se habían levatado de la sesión, le dijeron a Moshé: - Nos ocultó (Yehoshúa) la Torá. (Es decir: no le entendemos como cuando tú enseñabas). Les contestó (Moshé): No sé explicarles. Y Moshé vacilaba y se caía.

En ese momento dijo: - ¡Dueño del universo! Hasta ahora rogué por la vida, pero ahora estoy dispuesto a entregarte mi alma.

En resumidas cuentas: Los Sabios no ven en Moshé una criatura super-humana. No es - libre y guarde - un ídolo, ni un hijo de Dios. Por eso con mucha razón citaron los Sabios - como últimas palabras suyas - la siguiente sentencia:

Tanjuma, sección Vaetjanán 6:

Tomó sus dos manos y las colocó sobre su corazón, diciendo a los israelitas: "Observad el fin de la criatura de carne y hueso".

Tomado de:“Reflexiones sobre la Parasha”, Prof. Nejama Leibovitz, publicado por el Departamento de Educación y Cultura


Reflexiones sobre la parasha

 

Rabino David Golinkin, Presidente del Instituto Schechter de Estudios Judaicos, Jerusalem

 

¿Cuándo conviene arrepentirse?

 

La próxima semana celebraremos Rosh Hashaná, por lo que profundizaremos en el tema del arrepentimiento (teshuvá). El Judaísmo rabínico cree que Dios nos dio la elección de "pecar", pero también nos dio la posibilidad de arrepentirnos.

La idea de la libertad de elección ya fue explicada de buena manera en las Leyes de Arrepentimiento de Maimónides (5:2): "...Toda persona puede ser justa como nuestro maestro Moisés o malvada como Jeroboam, al igual que sabia o necia, misericordiosa o cruel...y así en todos los demás rasgos. Nadie la obliga...y nadie la arrastra por ninguno de los dos caminos, sino que ella misma, por su propia determinación, se inclina hacia el camino que prefiere".

Por otro lado, así como toda persona tiene la posibilidad de pecar, también tiene la posibilidad de corregir sus acciones y arrepentirse. Cuando una persona peca, ella "falla" en acertar los objetivos que fueron establecidos por El Santo Bendito Sea y Su Torá; cuando la persona se arrepiente, vuelve a Dios y a Sus preceptos y así "acierta" en los objetivos del Judaísmo. Por lo tanto, dijeron en Pirkei Avot (4:17): "Mejor una hora de arrepentimiento y buenas acciones en este mundo, que toda la vida en el mundo venidero".

¿Y quién tiene que tomar la iniciativa y llevar a cabo el proceso de arrepentimiento? No tenemos sacerdotes ni santos que nos perdonen por nuestras transgresiones. Cada judío debe examinar sus acciones y arrepentirse por sí mismo.  Así aprendemos del relato de Elazar ben Dordia (Talmud de Babilonia, Avodá Zará 17a), que "no hubo una sola prostituta en el mundo a la cual no visitó". Al final, quiso arrepentirse. ¿Qué hizo? "Fue y se sentó entre dos montañas y colinas y dijo: "Montañas y colinas, pidan piedad por mí", y ellas se negaron. Dijo: "Cielos y tierra, pidan piedad por mí", y ellos se negaron. Entonces dijo: "Todo depende de mí". Colocó la cabeza entre sus rodillas y lloró...". Todos nos parecemos a Elazar ben Dordia, todos buscamos una "montaña" o "colina" que pida piedad por nosotros, pero no hay un emisario para el arrepentimiento. Al final, todo depende de nuestra voluntad de mejorar y volver al buen camino.

¿Y cómo es el proceso de arrepentimiento? He aquí cinco pasos descriptos en nuestras fuentes:

1- Arrepentimiento – "Se arrepentirá de sus malas acciones y dirá en su corazón: ¿Qué hice? ¿Cómo no sentí temor ante Dios en ese momento?" (Rabenu Ioná, Shaarei Teshuvá 1:10).
2- Confesión – Confesar nuestras transgresiones . Y no es suficiente leer las listas de las mismas del Majzor. Cada uno debe confesar sus propios pecados. (Shuljan Aruj, Oraj Jaim 707:1).
3- Conciliación – Ir hacia el prójimo, reconciliarse con él y pedirle perdón hasta que lo disculpe. (Shuljan Aruj, Oraj Jaim 706:1).
4- Abandonar el pecado – "¿Y qué es el arrepentimiento? Es que el pecador abandone su pecado y lo borre de sus pensamientos, y diga en su corazón que no lo volverá a hacer". (Maimónides, Leyes del Arrepentimiento 2:2).
5- No volver a cometer el mismo pecado al encontrarse ante la misma situación – "¿Cuál es el arrepentimiento perfecto? El de aquella persona ante la cual se presenta la oportunidad de repetir el mismo pecado que antes cometió, pero se aparta y no lo hace por causa del arrepentimiento". (Maimónides, Leyes del Arrepentimiento 2:1).

Finalmente, surge la pregunta: ¿Cuándo conviene arrepentirse? Nuestros Sabios determinaron que el mejor momento es entre Rosh Hashaná y Iom Kipur (Oraj Jaim 703). Pero es preferible arrepentirse en cualquier momento, como aprendimos: "Rabi Eliezer dice:...y arrepiéntete un día antes de tu muerte (Pirkei Avot 2:10). Preguntaron sus alumnos: ¿Acaso la persona sabe en que día morirá? Les respondió: Por eso debe arrepentirse hoy, por si muere mañana, ¡y así se arrepentirá todos los días!" (Talmud de Babilonia, Shabat 153 a).

Sea Su voluntad que podamos tomar seriamente el mensaje de los Iamim Noraim y, como consecuencia de ello, se cumpla la visión del profeta que citamos en la ceremonia de Tashlij en Rosh Hashaná: "Él volverá a tener misericordia de nosotros; sepultará nuestras iniquidades y arrojará en lo profundo del mar todos nuestros pecados". (Mija 7:19).

"Pero Yo, ocultar habré de ocultar Mi Rostro –en aquel día- por todo el mal que él ha obrado: ya que se ha dirigido a otros dioses. Y ahora escribíos el cántico este, y enséñalo a los hijos de Israel, pónselo en su boca para que sea para Mí el cántico este por testigo contra los hijos de Israel".(Deuteronomio 31:18-19)

1- Es conocido el relato sobre la respuesta que dio el Rabi de Kotz a un alumno que no entendió por qué Dios oculta Su rostro. El alumno preguntó: "¿Dónde está Dios? Y el Rabi de Kotz respondió: Donde se encuentra la persona que Le permite entrar". 
El versículo citado aquí, ¿sustenta o se opone a las palabras del Rabi de Kotz?
2- ¿"El ocultamiento del Rostro" es un castigo? ¿Un castigo para la persona? ¿Un castigo para Dios? ¿Para los dos?
3- ¿Por qué dice "escribíos el cántico este"? ¿Acaso este "cántico" va a descubrir el Rostro oculto de Dios? ¿Acaso está en el cántico el poder de liberar al ser humano de las ataduras que no le permiten descubrir la luz Divina? ¿Cómo puede un cántico ser "testigo"?
El Rab Kook canta:
"Cada vez que el corazón late un latido espiritual de verdad,
cada vez que una nueva y noble idea nace,
nosotros prestamos atención,
como a la voz de un ángel de Dios que bate,
que golpea las puertas de nuestras almas,
que pide que le abramos nuestras puertas,
para que Aparezca ante nosotros en su máximo esplendor". 
(Rab Abraham Itzjak haCohen Kook, "Orot haKodesh - Alef", p. 165).
4- Maimónides sostiene que Dios no "oculta" Su rostro. Según él:
 "Es evidente que si Él esconde Su rostro, nosotros somos la causa de ello, y que el velo que nos separa de Él, es obra nuestra, como está dicho: "Y Yo esconderé Mi rostro en ese día, causa de todo el mal que él ha hecho" ("Guía de los Perplejos" 3:51).

Según Maimónides, recae sobre el ser humano la responsabilidad total de lo que ocurre en nuestro mundo. El ser humano es quien decide fortalecer o debilitar su capacidad de entendimiento. El fortalecimiento del entendimiento acerca al ser humano y al mundo a Dios.

Maimónides también dijo:  "...el conocimiento de la verdad hace cesar la enemistad y el odio, e impide que las personas se hagan mal unas a las otras" ("Guía de los Perplejos 3:11). En esta frase se expresa la visión de la inteligencia que tiene Maimónides: La persona inteligente es, sin dudas, una persona ética. Por lo tanto, el conocimiento eliminará la enemistad y el odio.

¿Que pensáis? ¿Es ésta una ingenuidad? ¿Conocéis "sabios" crueles y criminales? Maimónides diría que ellos no son "sabios". ¿Por qué?

"No está en el cielo...Pues cercana a ti está la cosa, mucho: en tu boca y en tu corazón, para cumplirla" (Deuteronomio 30:12-14). "Les dijo El Santo Bendito Sea: Hijo mío, si las palabras de la Torá están cerca de vosotros, Yo también los acercaré a Mí" (Devarim Rabá 8:7).

¿Eso significa que cuando las palabras de la Torá no están "cerca", Dios nos abandona? ¿Podríamos pensar que si nuestros hijos no se comportan como querríamos, los abandonaríamos?

Heschel dijo: "Él (Dios) da al ser humano libertad. Es el regalo más dudoso, pero también el más importante de todo lo que el ser humano tiene. El ser humano puede hacer todo. Cuando el primer hijo de la primera pareja decidió asesinar a su hermano, hizo lo que quiso hacer. Dios no intervino". (Abraham Iehoshúa Heschel, "Cinco Charlas").

¿Por qué es un regalo dudoso? ¿Por qué es importante?

Dios no "intervino" para evitar el asesinato. ¿Por qué? ¿La interferencia de Dios hubiera dañado la libertad que le fue dada al ser humano?

Incluso si una interferencia divina-milagrosa hubiera dañado la libertad dada al ser humano, ¿no hay situaciones-límites? ¿Acaso un asesinato no es una situación-límite? ¿Acaso los padres no deben evitar que sus hijos asesinen?

Heschel dice en la continuación de la charla:

"Dentro de la historia, Dios no puede hacer su trabajo solo. Él nos dio a nosotros la libertad, y la esperanza de la Redención con la llegada del Mesías depende de Dios y del ser humano. Nosotros debemos ayudarLo. Y en toda acción que realizamos, retardamos o acercamos la llegada de la Redención".

¿Acaso Dios no "lo puede todo"?

¿Esta "sociedad" entre Dios y el ser humano no demostró ya su fracaso?

¿La responsabilidad que se da al ser humano no es demasiado grande? ¿No llegó el momento de deshacer esa sociedad?


Mitzvot

612. Congregar a todo Israel en Sucot
613. Cada uno debe escribir para sí un Sefer Torá


Viaja a Israel desde Madrid por El-AL